“¡El sistema está muy frágil. No es mi culpa que se va la luz! NOT FAIR! ¡BUAAAA!”, berrinchó el
profesional comunicador de la agencia. Súbitamente, el niño paró de llorar y nos indicó “Mira, mira, helicópteros. Tengo helicópteros pa’ saber qué se rompió“, al tiempo que nos enseñaba un mapa de Puerto Rico llenos de garabatos en crayola que suponemos eran los helicópteros.
“¡Y NOOOOO! ¡Esos postes son míos! ¡NO LOS TOQUEN! ¡SOLO YO SÉ JUGAR CON ELLOS!“, gritó repentinamente volviendo a meltdown mode al ver fotos de brigadas municipales arreglando lo que ellos no acaban de arreglar. “¡Yo quiero todos los chavos federales por arreglar todo! ¡TODO! ¡PERO DEJA!” ¡NOOOOO! ¡BUAAAAAA!”, chilló de nuevo el pequeño cabroncito.
Al momento de cierre de edición, el infante se encontraba jugando con una iPad de juguete mientras nos aseguraba que lo que en verdad hacía era monitorear la situación energética las veinticuatro horas del día.
]]>“¡Patriotas! ¡Les hablo desde esta…! ¿Cómo es que me dijiste que se llamaba esto, Jasmin, o como te llames? ¡Tumbacocos, eso!”, exclamó Trump desde su ruidoso vehículo guiado por Jennifer González, quien es probablemente la única persona en D.C. acreditada para guiar el aparato. “¡Los demócratas y sus secuaces en el fake media y en Silly-Con Valley se creen que han ganado, pero vamos a ver cómo me pueden censurar cuando estacione cada una de estas tumbacocos por todo América! ¡Cágate en tu madre, Jack Dorsey!”, sentenció.
El plan maestro de Trump consta de estacionar tumbacocos a 10 millas una de la otra, lo cual como todo puertorriqueño sabe, hará que su voz se pueda escuchar claramente, especialmente en las horas de la madrugada (cuando el pronto a ser ex presidente usualmente se hubiera ido en un viaje de rage tweeting). “¡Esto es mucho más eficaz que mi primer intento”, confesó el abatido mandatario, “que fue simplemente treparme en el techo de la Casa Blanca y gritarle con un altoparlante a cualquier incauto que caminase por al frente!”.
“¡Vengan, vengan!”, gritó Trump en su micrófono, ensordeciendo a los transeúntes. “¡Acérquense y presten atención a lo que voy a decir! No sé exactamente qué será, pero contendrá invitaciones veladas a cometer actos de violencia en mi nombre; más mentiras de cómo nos han robado las elecciones; y, como sorpresita especial, quizás diré algo racista sobre los mexicanos. ¿Quién necesita Tuíter, si tengo cuatro ruedas, cuatro bocinas de cuchucientos vatios, y cuatro carajos que hacer?”.
“¡Esta pendejá’ me está gustando! Oye, Jemima, o como te llames: ¿es verdad que así es que ustedes hacen campaña todo el tiempo en Porou Ricou? ¿Que sí? ¿Pero por qué me estoy enterando de esto ahora? ¡Voy pa’lla!” decidió, poniéndole la carne de gallina a 3.1 millones de boricuas simultáneamente.
]]>Jehová, rodeado por un séquito de ángeles, arcángeles, querubines, serafines, vírgenes y otras deidades menores del panteón católico, explicó desde su podio divino cómo “fue un gran malentendido el hecho de que el 2020 fuera tan zarrapastrosamente hijuela. O sea, una megaexplosión en Beirut, avispas asesinas, incendios forestales en California, una invasión de langostas que arrasó con África, la caída el radiotelescopio de Arecibo, merma de papel de toilet, ese detallito de la pandemia por el COVID-19… ¡y ni hablar de que Bad Bunny sigue haciendo música!”.
“Claro está, es parte de mi brand eso de que soy perfecto y no cometo errores, así que no voy a decir que fue culpa mía”, se curó en salud el Todopoderoso. “Digamos que ya aquí en el Cielo ya habíamos planificado los futuros acontecimientos terrestres de los próximos diez años, cuando cierto arcángel a quien no tiraré al medio”, indicó, mirando fijamente a uno de los espíritus celestes en su séquito, “pero cuyo nombre empieza con ‘G’ y termina con ‘abriel’, metió TODAS esas vicisitudes en la programación para el año 2020. Cuando nos dimos cuenta, ya se había muerto Kobe Bryant; Ivanka Trump ya había arruinado la marca de habichuelas Goya; y Kanye West ya se había postulado para presidente de los Estados Unidos. A ese punto decidimos: que se joda… ¡a ver cuánto aguantan estos humanos!”.
“En resumidas cuentas, creo que nos pasamos un poquito”, concedió Yavé, “pero bueno, al menos la Humanidad puede estar tranquila de que ya se sufrió par de cositas que les teníamos reservadas para los próximos años. Sin embargo, no se me pongan muy comoditos tampoco, que algunas sorpresitas todavía les tenemos preparadas. Solo les adelantaré que todo aquel que tenía planeado en el 2029 aún tener agua potable y no formar parte de una ganga saqueadora de futuro distópico à la Mad Max, ¡que se vaya preparando!”.
En efecto, el virus del dengue fue por décadas el único mal en Puerto Rico capaz de crear una epidemia, incluso desde mucho antes del anuncio ochentoso en el cual Daniel Lugo no sabía lo que era un “hermoso bebedero para pájaros”. Sin embargo, en el 2020 se le sumó de repente una nueva enfermedad viral: el COVID-19, quien aparentemente es un primo lejano del dengue quien vino a visitarlo y le gustó tanto la Isla que decidió quedarse.
“¡Este tipo es un vividor!”, exclamó airado el Flaviviridae flavivirus, refiriéndose a su primo viral. “Primero vino Covi de visita –dizque para participar en SanSe–, y cuando vio las hermosas playas, los verdes montes, y el reguero de gente que no sabe usar mascarilla, decidió quedarse un poco más. Luego cuando se percató que a los puertorriqueños les gusta la pachanga y estar to’s apiñona’os en cuanta fiesta patronal y jangueo exista, mandó a buscar todos sus tereques y se instaló en el sofá de la sala como Pedro por su casa. ¡Antes yo era el rey y señor de las enfermedades virales en la Isla, y ahora la gente a quien le huye como al diablo es a este arrima’o! ¡Bastante tuve con el Zika y con el Chikungunya hace unos años para que venga otro germen a tumbarme el kiosko!”.
El dengue alegadamente trató de todo para ahuyentar a su pariente aprovechado: soltarle indicios sutiles de lo bonito que está África durante esta época del año; ponerle sobre la almohada un boleto de ida a Florida; e incluso actos tan mezquinos como chotearle sus movidas bochornosas a su novia; pero aun así este continúa requedándose. “No puede ser que, tras décadas de ser el único foco de las campañas mediáticas del Departamento de Salud, ahora venga a destronarme un virusito igualado con ínfulas de grandeza, quien, acá entre nos, tiene un índice de mortalidad bastante gulembo. ¿Qué tengo que hacer pa’ que este vagoneta se largue de una buena vez y por todas de aquí? ¿¡Amenazar con encontrarle trabajo!?”.
Al preguntarle si el hecho de que ya hayan empezado a distribuirse vacunas contra el COVID-19 le da algo de esperanza, el dengue replicó: “Un poco… pero como es de incompetente este gobierno, ya preveo que no almacenarán bien las vacunas y se dañarán; o se perderán los furgones que las contienen; o se caerá el sistema del Departamento de Salud y no podrán vacunar a nadie. ¡El punto es que tendré que chuparme a Covi viendo Netflix en mi sofá por al menos un año más!”.
]]>“¡Chacho, yo allá abajo no voy ni a buscar billetes!”, prometió San Nicolás desde una distancia segura, refiriéndose a la miasma viral que es hoy día el planeta Tierra. “Mi trabajo será traerle regalos a los niñitos cristianos buenos cuyos padres tienen chavos para gastar en juguetes, pero nada en mi contrato me exige poner mi vida en peligro exponiéndome a un virus respiratorio, ¡y mucho menos a mi edad! Si no fuera por ese salpafuera que tienen ustedes los mortales porque no saben quedarse quietecitos en sus casas, usar mascarillas y no estar siempre trepa’os unos encima de los otros, quizás me hubiera atrevido, pero como está el COVID que hace orilla… ¡chacho, ni loco!”.
La renuencia de Papá Noel a cuidadosamente depositar los obsequios alrededor del árbol de Navidad se hizo patente esta mañana, cuando millones de personas descubrieron al despertarse que todos sus regalos estaban hechos añicos en una pila en el patio de la casa. “¿Esto… esto es mi Nintendo Switch?”, preguntó incrédulo Jaimito Narváez, un niño de doce años, apuntando a un pequeño montoncito de plástico roto que estaba en la terraza de su patio trasero. “Mamá, ¿acaso he sido malo este año?”, inquirió con incipientes lágrimas en los ojos. “Fue por todo el porno que vi en la laptop de Papi cuando ustedes no estaban pendientes, ¿verdad? ¿O fue porque dije que ‘The Mandalorian’ estaba over-rated…?”.
San Nicolás adelantó que, gracias a las vacunas contra el COVID-19 que están empezando a distribuirse, espera que el año que viene él pueda volver a brindar “el mismo esmerado servicio a domicilio que la gente espera de mí (a pesar de que nadie me paga, ¿vi’te?). Digo, sí me dan galletitas y leche –aunque esos son los gringuitos, ¡porque en Puerto Rico no me dan ni un vasito de agua!”.
Por el momento, sin embargo, aclaró que cualquier persona que tenga una queja sobre cualquier daño que hayan sufrido sus regalos puede llamar al Departamento de Servicio a Cliente del Polo Norte, “donde nuestros serviciales duendes responderán sus llamadas, los escucharán atentamente, y, tras colgar la llamada, se reirán de ustedes por ser unas Karens que creen poder exigir compensación monetaria por algo que les regaló un ente mágico”.
]]>El duende solitario (anteriormente mencionado en las augustas páginas de este diario en el 2007) es quien, según la letra de “Mi pequeño amor“, ha “ocupado los espacios” de los cantantes, algo que él niega rotundamente: “¡Jamás! Yo nunca le ocuparía los espacios a nadie, mucho menos como está ese virus allá afuera haciendo escante e infectando a medio mundo. ¿Pa’ qué voy a pegármele yo a alguien? ¡Fo, zape!”.
“Pérate, ¿en serio a mí me habían mencionado antes en este periódico?”, interrumpió el gnomo huraño. Luego de notar el enlace al artículo del 2007 que figura en esta entrada y leerlo, este continuó: “Ja, ja, está bueno, está bueno. ¡A la verdad que El N̂ame era mejor antes! Pero nada, ¿cómo es posible que yo, una referencia así de irrelevante sacada de una canción de hace más de tres décadas, haga figurado en dos artículos de esta trapo ‘e publicación? ¿Alguien me explica por qué?”.
Al indicarle a la ermitaña criatura que aquí las preguntas las hago YO, el duende replicó: “‘Tá bien, ‘tá bien, no te me piques. Ya veo que eres un ‘mega-fan‘ de ‘Mi pequeño amor’: allá tú. Pues nada, volviendo al tema: si muchos puertorriqueños pudieran ser un poquito más ‘solitarios’ hoy día, sobre todo durante esta época navideña, quizás el COVID-19 no estuviera por ahí suelto como gabete. ¡Recójanseme, mi gente!”.
]]>Alberto López, líder del grupo de jóvenes, explicó: “¿Ustedes han ido alguna vez a un parque de urbanización en este país, de esos llenos de maleza y con canchas de baloncesto to’as abandoná’s? O bueno, siendo realista, dado que probablemente ustedes sean medios jaijóyet: ¿al menos le han guiado por el lado a uno de esos parques? Estos espacios comunitarios, en su pobrísimo estado, no pueden cumplir bien su propósito previsto: ser el lugar de encuentro para usuarios de droga que no tienen dónde más entregarse al vicio. ¿Dónde más se supone que la juventud boricua se dé cita para darse un cantacito, fumarse un poquito de crack o, como menos, darse un palo de ron cañita sin que los pa’is se enteren? ¿Quién quiere tener que bregar con to’ ese matorral, terreno medio inundado y facilidades sanitarias con peste a abomba’o? ¡Le exigimos al gobierno que responda a nuestro reclamo y arregle esa olla de grillos, para que podamos recrearnos en estos espacios públicos como nos dé gusto y gana y sin temor a que nos pique una culebra de monte mientras nos metemos heroína en las venas!”.
Maritza Loyola, parte del grupo de muchachos que alzó la voz, igualmente opinó: “Aparte de cortar la maleza y destapar los toiles, el gobierno también tiene que aumentar la vigilancia en estos parques para garantizar la seguridad de los jóvenes que nos damos cita ahí para entregarnos a la peste. No saben cuántas veces he estado yo detrás de las gradas metálicas mohosas de una cancha de baloncesto –tranquilamente fumándome un gallito sin molestar a nadie– cuando viene un grupo de chamaquitos con la intención de jugar un tres pa’ tres. Jelou, ¿a quién se le ocurre usar esas canchas de baloncesto para jugar baloncesto, con el cemento to’ agrieta’o, las líneas despintá’s y sin tablero? Si ese fuera su propósito, ¿no creen que el gobierno las mantendría en buen estado e instalaría postes con bombillas que prendiesen? ¡Déjenme mafutear tranquila en nuestros parques públicos, y no vengan a jeringar intentando de practicar deportes en contra de toda lógica!”.
]]>“De todos los países que yo les quiero joder las Navidades, Puerto Rico siempre ha sido el tostón, porque carajo, a la verdad que ustedes no paran con las foquin fiestas”, aseguró el famoso Grinch. “Pero esta Wandita, a la verdad que es la madre de todos las grínches: ¡Cero parrandas! ¡Cero asaltos! ¡Cero playa! ¡Cero chinchorreo! ¡Y cero coquito y pitorro EN LOS FOQUIN WEEKENDS! ¡Y todo comunicado en un regaño por televisión nacional! Esta Wanda… ¡Esta Wanda es mi mamá!”, celebró.
El Grinch se despidió disculpándose por tumbar el radiotelescopio de Arecibo con el propósito de joderle las Navidades al pueblo, porque si hubiera sabido que la orden de Wanda venía, no lo hubiera hecho todavía. “¡Yo estoy aquí para joder la Navidad, no para abusar!”, aclaró.
]]>“¡Qué desdichada soy!”, se quejó entre sollozos Charbonier, quien se colgó en las primarias del PNP solo un día antes de ser arrestada por el FBI, lo que, si fuera un libro de niños, de seguro se llamaría: “Tata and the Terrible, Horrible, No Good, Very Bad Week“. “No entiendo por qué mi Señor me ha desamparado, si yo he usado mi posición en la legislatura sola, única y exclusivamente para hacer Su voluntad –digo, y también para robarme miles largos de dólares, claro está”, aclaró Tata, antes de apresurarse a añadir: “¡Alegadamente! ¡Dije, alegadamente!”.
“¡Te pasaste de la raya, Charbo!”, sentenció por su parte Dios, Creador del Universo, del Hombre y del Ornitorrinco, refiriéndose a la asediada legisladora por su apodo callejero. “Y no lo digo porque hayas hecho un chanchullo para robarle dinero al Pueblo mientras te cantabas la más santa –¡después de todo, ese es el modus operandi de muchos de los líderes religiosos que usan Mi nombre para lucrarse! La razón por la cual te tiré a mondongo es porque de esos chavos que te robaste no me diste ni un chavito prieto a mí, el ente Todopoderoso y Omnisciente que por alguna razón necesita el 10% de tu salario. Puedes robarle a los puertorriqueños que votaron por ti todo lo que tú quieras; puedes llevarte arrastrada a toda tu familia a la cárcel contigo, si gustas… ¡pero a tu mago celestial invisible favorito, más vale que le ofrendes lo que le debes, canto ‘e mordí’a!”.
Se supo que el Creador le envió una factura a Tata la cual indica que “si quieres que Yo vuelva a favorecerte, Me tienes que pagar de manera inmediata lo que me debes: el diez por ciento de lo que te robaste, ¡más una ñapita de 5% más, por haber sido tan gansa!”.
]]>“¿Su otro alias es ‘Charbo’?”, se preguntó atónito El Rata, tras leer el documento que detalla la acusación federal. “¿Tata chiripeaba de bichota en su tiempo libre, es? Cuando salía del Capitolio después de una ardua jornada de no participar en las labores legislativas (digo, aparte de cuando se trataba de quitarle derechos a alguna comunidad minoritaria), ¿Tata se iba a Carolina a ejplotar gangueros rivales? ¿Qué otras facetas interesantes de su vida privada nos revelarán futuras imputaciones criminales? ¡A la verdad que si no es por los Federicos, uno aquí no se enteraría de na’!”, se quejó la vil rata maicera, luego de hacerse un poquito de poscón para sentarse a leer el resto del pliego acusatorio de igual manera que algunos boricuas ven La Comay.
“¡Oh, no! ¿Que la representante más religiosa y moral de su generación le aumentó a su empleada el salario de ochocientos a dos mil novecientos pesos pa’ que la empleada le pasara pa’ lante 1,500 pesos? ¡Debe haber una equivocación!”, añadió con cara bien bien fake de sorpresa El Cangrimán, mientras tomaba un cafecito irlandés con su periódico en mano. “Esto… ¡esto debe ser una conspiración de la izquierda radical homosexual que corre todo tras bastidores en este país! ¡MANDA FUEGO, SEÑOOOOL!”, declaró entre risas compartidas con El Rata.
Aun con lo sabrosas que fueron las alegaciones, la parte del pliego acusatorio que llamó la atención de los dos doctos expertos legales Ñameros fue la evidencia de que Tata es… ¿cuál es el término legal? Ah, “Bruta Con Cojones”.
“Ah, amigo Rata. Por lo visto la FBI ejecutó la estrategia legal de Darte Cuerda Pa’ Que Te Ahorques Solo y Tata, tan inteligente, cayó de culo”, intimó el Cangrimán, leyendo la acusación número trece, que revela que Tata, al enterarse que era tarjeta de investigación, adorablemente borró todos los mensajes de su teléfono –tal como la FBI esperaba– pa’ añadirle un caso de obstrucción de la justicia. “¡Coño, Cangri! ¡Tú lees rápido! ¡Yo estaba todavía por la parte de que usaron ATH Móvil para transferir los fondos, regalándole un cargo de wire fraud a la FBI! ¡Y yo pensando que no podía ser más bruta que eso!”, exclamó El Rata.
En El Ñame no podemos esperar ver cómo Tata descubre a Dios mucho más que ahora y establece un ministerio en la penitenciaría federal que se lucrará de cigarrillos y chicles donadas por la feligresía.
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